RECUERDOS DE MI VIEJO

Recuerdos de mi viejo.

Pocho Rospigliosi
28. April  4 Min. Lesezeit 
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Navidades de 1,978. Ofininas de radio el Sol."OVACION" La oficina de Pocho.Era muy grande La Oficina de mi padre y le gustaba decorar las paredes con fotos de sus caballos, con banderines de clubs de fútbol de todo el mundo.Sus famosos souvenir estaba casi todos decorando la oficina de mi viejo, entrar en esa oficina era sentirte en un buen ambiente.
MI PAPI TUVO SU PROPIO ESTILO En lo que se refiere a la comunicación con sus radioyentes, se expresaba sencillamente y todo el que escuchaba o leía, lo entendía a la perfección. Habían en su comentarios muchas salidas ocurrentes, llenas de picardía, era una persona muy alegre, serio en su momento, pero bromista a más no poder, le encantaba poner apodos, nadie se salvaba. Así su comentario era alegre y muy narrativo. Era fácil de entender, era como él decía: "LO QUE LE GUSTA A LA GENTE". 
Aparte de ser un extraordinario periodista deportivo era muy buen vendedor, en lo que se refiere a espacios publicitarios. Para el mantenimiento de la firma OVACIÓN, recuerdo algunas citas con clientes ya fijos se conversaba sólo de fútbol y al final de la entrevista POCHO les mencionaba un par de frases relacionadas con su producto y el deporte. Así hablaba de su pasión al fútbol. REALMENTE LE DABA AL CLIENTE LO QUE DESEABA EN LA PUBLICIDAD.
POCHO REVOLUCIONARIO-LUCHO IZUSQUI
Resulta difícil escribir sobre una persona a la que uno ha conocido tanto, pues son muchos los ángulos que podrían tomarse, por lo que el espacio concedido nos obliga a sintetizar tanto, en tan pocos centímetros. Hablar del amigo, del comentarista deportivo, del compañero de trabajo, del compañero de incansables viajes son facetas que resultan muchas veces trilladas y simples, para definir a un hombre de su volumen intelectual. Para empezar, perfilándome en la cancha, encuentro a un Pocho revolucionario. Revolucionador del periodismo deportivo peruano, de ese periodismo que no estudió en institutos o universidades, pero que cultivó por casi 40 años, para convertirse en el periodista más leído, escuchado y visto por todos los estratos sociales del país; y que, además, sirvió de base para enseñar y guiar a cientos de periodistas jóvenes, y algunos maduros que hoy conducen espacios deportivos y redacciones de diversos medios en el país. Pocho, como revolucionario del periodismo deportivo, no sólo sobresalió en la faceta escrita, también lo hizo en la radial y en la televisiva, en donde sentó sus reales gracias a su capacidad de trabajo y agudo ingenio, llegando muchas veces a poner en aprietos a productores y directores de TV, rompiéndoles los esquemas establecidos Pocho, revolucionario del periodismo deportivo por los matices que hizo gala para ganarse la lectoría, audiencia y teleaudiencia del país, hecho que logró hasta la saciedad.
Pocho, también fue un revolucionario del periodismo deportivo comercial, porque ingeniosamente supo introducir en la radio, televisión, diarios y revistas slogans y spots comerciales que se disputarían palmo a palmo los anunciadores del país, y que perduran en la mente de miles de peruano. Cabe señalar que cuando esas novedades se lanzaban, como era de esperarse viviendo en el Perú, recibieran los más acres y duros comentarios de un sector de opositores, por no decir del segmento menos leído y escuchado; y, sin embargo, lo que s la vida, esos mismos críticos en su mayoría, han patentado como suyas esas frases, y hoy en las transmisiones se escucha ¿Cuál es la pila? .... ¿Qué pasó, qué pisó? ... Lateral de .... Tiro de esquina de .... o Ya vienen las empanadas con los goles de Cubillas, la dama del Poncho.... Para leer en el micro... El hombre del maletín... Lio tras lío... y muchos más, que cubren como un manto el territorio peruano, incluyendo el prestado kilómetro de Tiwinza. Pocho Rospigliosi, revolucionario del periodismo deportivo, sentó escuela par muchos a nivel primario, pero que invadió los centros universitarios. Escuela forjada a través de 40 años de trabajo, esfuerzo, de lucha incesante para lograr un objetivo: La captura total del oyente, del lector y del televidente, y cuando Pocho logró esa meta, pudo morir tranquilo, porque sabía que gozaría del recuerdo de todo un pueblo que lo leyó, vio y escuchó sin tregua.
De allí que quien escribe esa nota tuvo, no la oportunidad sino la suerte de trabajar por más de 25 años a su lado. Hoy nos queda la constante emoción al recordar su nombre y la satisfacción de a lo largo y ancho de todo el territorio nacional compartir penas y alegrías del deporte peruano en todas sus manifestaciones, especialmente en el deporte de sus amores: El fútbol, del que supo sentar bases sólidas para todos aquellos que hoy en día hacen periodismo deportivo. Para terminar, puedo reseñar mi amistad con Pocho, diciéndole.</b> <b> Pocho, amigo noble y sincero, hombre de gran corazón, los peruanos te recordamos con cariño y emoción, ya que fuiste el baluarte de una gran revolución te alejaste de este mundo cumpliendo una fiel misión dejarnos a los peruanos el gran programa

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