Asi fue mi operación.

“ASI FUE MI OPERACION”

Pocho Rospigliosi
25. Mai  3 Min. Lesezeit 
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Por:POCHO ROSPIGLIOSI.
(ùltim0 artículo escrito por Pocho,agosto 1,988))
Usted llega al MEDICAL CENTER, la misma clínica donde operaron exitosamente a LOLO FERNÁNDEZ, uno queda impresionado con los adelantos, la limpieza y por las novedades técnicas que ahí emplean, este hospital especializado en las dolencias del corazón, queda muy cerca del aeropuerto. Lo primero que me hicieron fue colocarme dos botones sujetos con esparadrapo y colgarme en el pecho una especie de grabadora, pero no era una grabadora común y corriente, sino un aparato altamente sofisticado e inalámbrico que esta conectado a mi corazón.
Yo he estado cien veces en los ESTADOS UNIDOS y siempre me he preocupado por comprar estas maravillas inalámbricas para nuestras transmisiones radiales, pero nunca pude encontrar una sola que sea capaz de traspasar las gruesas paredes del Estadio Nacional, algo increíble, este pequeño aparatito se reproduce con fidelidad asombrosa sin la menor interferencia y con una nitidez impresionante y otra cosa que me llamó la atención fue la limpieza de los cuartos.
Algo asombroso, las camas se accionan a control remoto y uno puede levantarlas, bajarlas, subir las barandas, subir la cabecera o los pies, con sólo apretar los botones, el televisor está muy alto, casi pegado al techo, con su control remoto por supuesto y un botón rojo que se aprieta cuando se quiere llamar a la enfermera, se enciende una luz intermitente afuera del cuarto y simultáneamente en recepción, al segundo llegan las enfermeras. Estas son cubanas, filipinas y de una belleza impresionante, lo único malo es que no hablan una sola palabra, a lo mejor son mudas.
Me sacaron en camilla antes de que llevaran a cabo el cateterismo y me trasladaron al recinto de Rayos X con un número en el respaldar de la camilla. Vino una japonesa y empezó a leer: "Eight, two, one" en voz alta, era mi número el 821, agarró mi camilla y fuimos a una sala en la que habían por lo menos 15 pacientes esperando turno, una vez dentro me dijo: "Siéntese, bájese, párese" ayudándome por cierto y empezó a tomar las placas, al segundo ya estaban en la pantalla y la copia está prendida en la cabecera de la camilla para que lo vea el médico.
A las 06.00 hrs., las enfermeras me bañaron con la silla de ruedas dentro de la ducha, para evitar que uno se pare; luego entró al cuarto una morena ¡ARRIBA ALIANZA! con guantes de nylon se llevó todo, todo hasta la pasta de dientes, ni hablar del cepillo, del jabón o de las servilletas sin usar. Todo fue a parar al tacho de basura.
Para el cateterismo me aplicaron una inyección que felizmente no me dolió nada, me encontraba con el doctor Amat (peruano) y con el doctor Waldo Fernández quien vino acompañándome, el cual me iba explicando todo lo que me iban hacer.
Sentí un pequeño ardor en el pecho y eso fue todo, pero aquí viene algo notable. Fue cuando me sacaron sangre para el examen de glucosa, era un médico cubano muy joven y cuando cerré el puño de la mano izquierda e hice un gesto de dolor, ya había salido la aguja, ni la sentí cuando entró, por eso le dije: Hermano usted si que es maestro, después de Celia Cruz, después de Olga Guillot, lo más grande de Cuba es Ud. porque es la primera vez en mi vida que no siento el hincón de una aguja.
Bueno hasta aquí mis experiencias con el cateterismo y muchas gracias a todos los que se han preocupado por atenderme de maravillas. En Lima, en la Clínica Tezza y ahora aquí en Miami en el CEDAR MEDICAL CENTER.

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